Yo soy la tarde:
Voy perdiendo la luz, ganando el frío,
y avanzando con mano temblorosa
a la gruta nocturna, tenebrosa,
donde me abrazará un sueño sombrío.
Soy una sola gota en este río
del tiempo, cuyo flujo no reposa.
Quién pudiera dormir sobre tu rosa
como una simple gota de rocío.
Al entrar en el túnel inquietante
de esta noche, reflejo de la muerte,
sigue mi rumbo, quédate a mi lado.
Serás mi amiga, mas también mi amante,
y aunque a mi vera yazga un cuerpo inerte,
es sólo a tí a quien yo duermo abrazado.
Yo soy la noche:
Yo soy la noche, soy la noche oscura
enzarzada en los miembros de la amante;
la sombra sigilosa visitante
con la palabra ungida de ternura.
Visto de luz de luna mi figura,
y es a veces mi paso vacilante,
pero en mi corazón vive un gigante
de firmes pies y celestial locura.
Yo soy la oscuridad que te circunda,
el fantasma tendido a tu costado,
el aire que en los labios te besó.
Mas la borrasca fiera e iracunda,
el lamento, el temor desconfiado,
la noche tenebrosa, no soy yo