Vuelven a mi esos rostros
retoños de juventud,
brillantes de temprana vida.
Tan llenos de sonrisas autenticas.
Es la misma edad,
la misma esencia,
la primavera que reverdece
a las orillas del gran río
y yo parada aquí
bajo el tibio sol,
podré verlos sonreír
una y otra vez
siempre.